Ventajas de ser un alma viajera


Esta princesa decidió que su vida sería un eterno viaje, y como cuando uno pide con fe, trabaja duro y lucha por lo que quiere, los sueños se hacen realidad, mi vida hasta ahora ha sido un viaje permanente.

Aún recuerdo la cara de mi mamá hace 10 años, cuando le dije: “me voy del país”, algo así como esta niña se ha vuelto loca. Y probablemente si estaba loca, bueno aún estoy loca y ojalá siempre lo esté. El caso es que, en medio de mi locura y aún inmadurez, esa fue la mejor decisión que he podido tomar, mi vida cambió, desde ese entonces supe que aunque regresara a Colombia, mi vida sería un continuo viaje.

Hoy, después de haber estado en más de 10 países y más de 100 ciudades alrededor del mundo, y siendo muy consciente de que aún me falta muchoooo por conocer, puedo asegurar que las ventajas de ser un alma viajera son infinitas.

Para empezar, viajar es lo único que compras que te enriquece, te llena de conocimiento, cultura, amigos, experiencias y ganas de seguir viajando.

Sin duda alguna, viajar me ha convertido en la persona que soy ahora.

Cuando salí de mi casa, era realmente una inútil, tender la cama? Lavar? Cocinar? Limpiar? Yo? Jamás!, Eso no era para mí, y además no tenía necesidad de hacerlo, después de vivir mis primeros 6 meses sola, me había convertido en una robotina experta en las labores del hogar, bueno aunque en realidad jamás aprendí a cocinar. Como dice el poeta Arjona “odio la cocina un poco más que la rutina”.

Eso de hacer amigos no era lo mío, siempre tuve los mismos 5 amigos y era feliz con ellos, ser hija única además no facilitaba que yo fuera una persona muy sociable, pero cuando uno está en otro lugar donde no conoce a nadie, pues no le queda más remedio que volverse la persona más sociable del mundo. Para mí ese ha sido una de las bendiciones más grandes que la vida me ha dado. Ahora puedo decir con mucha felicidad que tengo amigos en muchas partes del mundo y además ir a visitarlos siempre será una buena excusa para seguir viajando.

Hablar otros idiomas era algo que creo yo, todos los que hemos estudiado en colegio “bilingüe” creemos que sabemos hacer, pero la verdad fue que en mi primer viaje nadie entendía lo que quería decir,  gracias a la vida nadie me entendía, eso me obligó a esforzarme y a aprender realmente otro idioma. Ahora cada vez que visito un país cuyo idioma no es español ni inglés, me esfuerzo por aprender las palabras mínimas de supervivencia.

Viajar me enseñó a cuidarme sola. Y ahora quien podrá defenderme? Pues yo! La Princesa Guerrero. Cuando estás de viaje, te toca cuidarte. Nadie se quiere enfermar, accidentar o tener algún problema cuando está fuera de casa; así que uno aprende a cuidarse de una mejor manera.

Seamos realistas, los colombianos en general, tenemos de todo menos de cultura, en especial de esa que llaman vial, pero el tema es que viajar te enseña cultura realmente, aprendes de cada persona y de cada cosa, guardas lo bueno de cada lugar y te dan ganas además de implementarlo en la vida, de trasmitir ese conocimiento y además de seguir aprendiendo.

Los viajes traen consigo independencia, uno es independiente cuando puede valerse por sí mismo, asumir sus responsabilidades y satisfacer sus necesidades sin recurrir a otras personas, objetos o sustancias. Siempre será importante escuchar un consejo, recibir una palabra de afecto, integrar un círculo social  o colaborar con los compañeros de trabajo, pero se debe tener la claridad de que lo más importante es tomar las propias decisiones y construir un destino personal.

Amar la soledad y entender que la mejor compañía es uno mismo, es quizá la mejor lección que los viajes me han podido dejar. Hablando con varias personas que al igual que yo, aman viajar, hemos llegado a la conclusión que después de que uno empieza a viajar, le queda gustando, es como una adicción a lo desconocido, y eso trae consigo que algunas veces uno deba viajar solo. Imagínense estar coordinando cada tanto el “parche” de amigos para organizar el viaje, planear cada actividad y arreglar la agenda de todos, esto podría ser casi misión imposible; y cuando uno quiere emprender vuelo pues lo que menos quiere es obstáculos en el camino, por eso uno aprende a armar su maletica y en silencio partir a una nueva aventura. Además, estar solo en un lugar desconocido te permite momentos de introspección y de reflexión que hacen que te puedas conocer, entender y amar realmente.

Los viajes te enseñan que lo material va y viene, que las pertenencias no te hacen lo quien eres, pero que por el contrario las experiencias quedan para siempre. Uno puede acumular riqueza, es una decisión de vida que hacer o no con el dinero que se gana, en mi caso sé que como cuando me muera no me voy a llevar nada material, no me llevaré ni el carro, ni el apartamento, ni la ropa, ni nada, nacemos sin nada y nos vamos sin nada; mi pasión será acumular dinero para el próximo destino tropical o exótico que desee conocer.

Finalmente, podría escribir (y algún día lo haré) un libro contando las innumerables experiencias que cada uno de mis viajes me ha dejado, y como cada una de ellas me ha vuelto más guerrera y más “yo”, pero por ahora sólo diré que firmemente creo que cuando muera, mi alma se llevará las más maravillosas lecciones de vida pues nadie me quita lo bailado, lo gozado, lo comido y lo aprendido.

Y entonces, cuando nos vamos de viaje?

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