Victimilandia


Hace poco estuve en un curso de liderazgo y justo cuando mi mente empezaba a regañarme por haber pagado un taller donde todo lo que decían yo ya lo sabía (teóricamente), aparece una señora a poner en palabras lo que yo siempre había pensado pero no había podio bautizar, “vivimos en victimilandia”. Victimilandia, que maravillosa palabra!!! Así que hoy, sin derechos de autor, me la robaré para poder contarles porqué somos tan desdichados la mayor parte del tiempo.

Vivimos en victimilandia, nos pasamos la vida haciéndonos las victimas de todo lo que nos pasa, pobrecitos nosotros que el mundo conspira en nuestra contra y nos golpea con el látigo del dolor.

A quien no le suenan familiar frases como: “no puedo viajar porque con los niños quien los va a cuidar, y eso vale mucha plata, y el colegio, y los pañales, etc….”, “es que no puedo cambiar el carro porque mi trabajo es una miseria y no me pagan bien y etc…”, “mi novio me puso los cachos etc…”, “en mi oficina todas son unas viejas chismosas que odio y etc…”, “no hay ventas porque es que el dólar está muy caro…”, etc., etc., etc.

Todos y me atrevo a decir que absolutamente todos en este mundo, tenemos algo de víctimas dentro de nosotros, siempre estamos culpando al mundo de las cosas que nos pasan, sin darnos cuenta que los verdaderos culpables somos nosotros mismos.

Voy a poner un ejemplo. Cuando uno empieza una relación, sabe que hay riesgos, que se puede o no salir “ganando” de ella, que existe la posibilidad de que el chico en cuestión sea un perro o sea un príncipe azul. Si uno decide entablar una relación o no, es una decisión propia, nadie lo obliga. Si al cabo de un tiempo esa persona salió con un chorro de babas y terminó siendo el papá de los cachos, pues déjeme decirle que fue su decisión entablar esa relación, por lo tanto usted debe asumir la responsabilidad de lo que pasó, y solamente de usted depende si se corta las venas o grita Next!

En toda situación por más externa que parezca está implícita nuestra responsabilidad. Si usted cree que su trabajo apesta pues déjeme recordarle que usted eligió ese trabajo; si usted se queja de que la plata no alcanza porque los niños son un gasto, pues déjeme recordarle que usted eligió tener hijos, y si no eligió pues al menos eligió tener sexo sin protección lo cual viene siendo lo mismo; si usted se queja de la que vida que tiene no es la que quisiera tener, pues déjeme recordarle que usted solito elige su vida en cada acción de cada día.

Inconscientemente pasamos los días en Victimilandia, entre más nos quejamos de lo que hacemos, tenemos o somos, más nos alejamos de tomar la responsabilidad de nuestra vida y por lo tanto más lejos estamos de la felicidad. Además y aún mejor, nos gusta victimilandia porque es familiar, es conocido, hemos estado ahí desde chiquitos, nos hemos quejado de todo durante toda nuestra existencia, es lo que sabemos hacer a perfección.

He aprendido que la clave de la felicidad no está solamente en hacer lo que a uno se le da la gana y aplicar el importaculismo, sino además en tomar la responsabilidad de la vida; como ya lo he dicho en repetidas ocasiones, cada cosa que nos pasa tiene un aprendizaje y una lección, sólo de nosotros depende verlo como tal, agradecer por ello, seguir adelante y salir victoriosos de victimilandia y mejor irnos de vacaciones a Disneylandia.


 

 

 

Comentarios

  1. Buena reflexión de victimilandia. En este país Locombia abunda infinidades de victimas y haciéndose las victimas. Cuánto crees que hay en Cuba...Como se llamará victimilandia en Cuba...Sería que me salí del contexto princesa Guerrero!!!

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